23 de mayo de 2012

RATATOUILLE · Ratatouille


La receta del ratatouille no tiene mayor misterio, y es muy similar a lo que conocemos como el pisto de toda la vida. De hecho, hay recetas que en las que la verdura se corta en trozos pequeños y queda similar a la pinta de “salsa-puré” que tiene el pisto. En este caso, yo he preferido cortar la verdura en rodajas grandes, porque me parece que queda mejor presentación, y ya se sabe, comemos por los ojos.

Aunque no creo que requiera explicación alguna, la receta aparece en la película Ratatouille, la cual se ambienta en París y en la que el ratón Remy prepara diversos platos, entre ellos, como no, esta receta francesa.




Los ingredientes son muy comunes y es muy posible que los tengamos en casa. Eso sí, hace falta tener un buen rato para cocinarlo, hora y pico por lo menos, no vaya a ser que, como tiene pinta de ser sencilla, os pongáis y al ver que no la termináis para la hora de la comida os tengáis que poner a hacer otra cosa (lo digo por experiencia propia). 

Aunque, en el caso de que no os de tiempo de hacerlo para comer al mismo día, es buena idea hacerlo y dejarlo para comer al día siguiente, y no lo digo yo, que lo dicen los franceses (parece ser que al día siguiente los sabores de las verduras se han mezclado y está más sabroso).

Ingredientes:
  • 2 cebollas medianas
  • 1 tomate grande (o dos pequeños)
  • 1 berenjena bien grande
  • 2 calabacines
  • 5 dientes de ajo
  • 1 pimiento rojo
  • Finas hierbas (yo he usado pimientas variadas, albahaca, perejil y orégano, pero se pueden usar las que tengáis por casa)

La dificultad de esta receta se basa en que no se rompan las verduras al cocinarlas (y que no nos quede puré). Por eso, hay que cocinar cada ingrediente con cuidado y casi por separado.

Primero tenemos que cortar la berenjena en rodajas (no hay que cortarlas muy finas, o se nos destrozarán) y dejarla con sal en un colador. Así sudará y perderá el sabor amargo que la caracteriza.

Mientras, cortamos en aros la cebolla y en una olla de grande (para que el fondo sea ancho) y que tenga tapa que encaje (al final se necesitará y creo que no soy la única que tiene cacharros dispares) echamos un chorretón generoso de aceite y ponemos la cebolla a fuego medio.

Después, cortamos el pimiento en tiras y los ajos en pequeños dados y, cuando la cebolla esté blanda, los añadimos. Lo cocinamos todo a fuego medio y cuando esté todo blando lo salpimentamos y lo apartamos en un plato.

Volvemos a echar aceite en la olla y hacemos la berenjena con cuidado por los dos lados. Seguramente (a no ser que tengáis una olla tamaño estrella de la muerte) os tocará hacerlo en varias tandas; no hay problema, según vayáis haciendo las rodajas las vais dejando en el plato con la cebolla, el pimiento y el ajo. Cuando terminamos hacemos el mismo proceso con el calabacín, previamente cortado en rodajas.



Ya solo nos queda el tomate. Lo troceamos en dados (los hay que prefieren quitarle la piel y las semillas, yo lo hago con todo, más natural y menos trabajo) junto con los dos ajos que nos quedan, que también van bien picaditos. Lo echamos a la olla con un poco de aceite y le añadimos las hierbas que estábamos reservando con un poco de sal y azúcar (sí, azúcar; me suele gustar echárselo para que le quite acidez al tomate).

Según se va cocinando lo vamos aplastando con un cucharón para que se vaya haciendo una especie de salsa espesa. Cuando esté cocinado recuperáis todos los ingredientes y los añadís con cuidado al tomate en la olla. Es buena idea tratar de poner los ingredientes lo más mezclados posible, ya que durante esta última fase es mejor no moverlos para que nos se deshagan.

Dejamos que se hagan con la olla tapada a fuego lento alrededor de diez minutos y más o menos otro cuarto de hora sin la tapa.

Ya solo nos queda la presentación. Creo que lo idóneo es hacer una especie milhojas alternando capas de los diferentes ingredientes, así huimos un poco de la pinta-pisto que tiene en la olla. Y voilà: ¡ratatouille hecho! Si lo hace un ratón, no íbamos a ser menos, ¿no?

Nota: No tengo nada en contra del pisto, pero si vamos a hacer Ratatouille, ¡que se note que es diferente!